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Esta descripción narra el desenvolvimiento del taller de metodología. Cada semestre la vivencia es diferente -porque los temas son diferentes y porque hay maduración- aunque el esquema es similar, con ajustes. El taller es eficaz, pues es la síntesis de 25 años de llevarlo a cabo en pregrado y postgrado (en ingeniería, arquitectura, educación, ciencias políticas y filosofía; en diferentes universidades), sin garantizar que sea eficaz para todos los casos o docentes, pues mucho de lo que se hace no es codificable y solo aparece en el momento oportuno para diluirse en la memoria. El material enfatiza en proyectos de ingeniería, de orden formal y tecnológico pero, si es necesario, puede orientarse a proyectos sociales y participativos. La actividad es para quienes matriculan en semestres superiores al séptimo y para estudiantes de postgrado -se ha realizado en el doctorado donde se evidencia que “lo difícil es fácil” y viceversa-.
Primera Sesión. Esta sesión es importante porque en ella hay reconocimientos, se crea una atmósfera, se establecen condiciones de trabajo y reglas del juego. Asisten estudiantes de pre y postgrado, pues unos y otros crecen conjuntamente a pesar de las diferencias. Las sesiones son de tres horas; sin ayudas audiovisuales, solo con el tablero convencional porque, se trata de un trabajo constructivo con el material que los participantes traen -si no traen material no se puede trabajar-; el material de apoyo o guía, se encuentra en el sitio Web del docente. El ambiente de trabajo es muy relajado, lleno de humor, anécdotas y tomaduras de pelo; así ocultamos o mimetizamos su carácter intenso y el extraordinario rigor, es preciso resaltar: ¡rigor extraordinario!, porque en el taller somos implacables en la argumentación, la coherencia,
Metodología
el compromiso, la escritura, la estética y el lenguaje; en estos temas somos intransigentes, inamovibles, no negociamos nada; todo debe estar debidamente documentado, argumentado, presentado y sustentado -en ambiente participativo, dialógico y respetuoso-; en otros temas somos laxos, tolerantes, flexibles. Quienes asisten lo saben, lo aceptan y lo reclaman. En la primera sesión nos presentamos -es importante sentir la presencia de una autoridad académica, ello inspira seguridad y confianza-; cada participante se presenta exponiendo con algún detalle las razones por las que estudia la carrera en la que está matriculado; si trabaja y, en caso afirmativo, dónde y en qué trabaja; debe enunciar el tema sobre el que versa su proyecto, el nombre del asesor, tutor o director y la línea o grupo de investigación en el que se inscribe. Esta información es importante porque si el participante no ha definido el tema y no tiene contacto con un posible director, no debe matricular el taller porque no tiene nada que hacer en él; el taller es para trabajar sobre un proyecto no para conocer metodologías ni para ampliar la cultura general o para cumplir requisitos de créditos. Además, necesitamos reconocer la experiencia previa que trae el participante, sea como estudiante, como trabajador o empleado e incluso como aficionado a alguna actividad o como hincha de un equipo o fan de una celebridad; todo aporta al trabajo en el taller, procuramos que sea integral. Es necesario que cada uno reconozca la importancia de lo que hará en el taller, pues se trata del primer proyecto autónomo y propio que elabora en su carrera, que corre solo por su cuenta, riesgo y responsabilidad y, además, es la carta de presentación para el grado. Entre bromas, anécdotas, cuentos, chistes, tensiones, rigores y seriedades, pasan las primeras horas. Recalcamos que la asistencia es importante porque, además de que la actividad de todos contribuye al trabajo de cada uno, la participación activa en el examen crítico de los demás proyectos es de crucial importancia e interés para todos; pero, también, la obligatoriedad es necesaria porque garantiza que la persona viva directamente una experiencia de vida que tal vez no tendrá la ocasión de repetir, porque es intensa, dura, alegre, crítica, desprevenida, en ocasiones amarga porque le revuelve las convicciones más entrañables a quienes se encuentran en una zona de confort; incluso mística si así podemos calificar la inspiración en la que algunos ocasionalmente caemos, es una actividad integral porque no economizamos nada e introducimos temas de todo tipo, desde el cine y la poesía hasta la política y la exo política, desde el hambre hasta el hedonismo, desde nuestra altillanura hasta el Himalaya… y ningún libro de texto o presentación reemplaza la vivencia de estar en el taller viviendo una experiencia intensa y constructiva… sufrimos y gozamos en la fiesta del conocimiento. Con frecuencia afloran los pecados: la pasión y la vehemencia, la confrontación, la crudeza y la desnudez, pues presentamos las cosas sin máscaras, con todas las letras, en el extremo mismo de su propia condición, para que el contraste extremo muestre las líneas básicas de su conformación y facilite el análisis y la superación de sus límites. Trabajamos sin texto guía: “cualquier texto es bueno ante una vivencia extrema, ningún texto es bueno sin una vivencia intensa”, pues nada reemplaza la actividad personalizada, vivencial, protagónica, de los participantes; además, cada texto es bueno en algún sentido pero insuficiente en el momento de vivir la vida.
Siguientes Sesiones. Con el espíritu descrito, iniciamos cada sesión solicitando un voluntario -en cada sesión uno diferente, de modo que al finalizar el semestre, todos hayan pasado por la experiencia- esperamos mientras alguien aparece y sale a la palestra, como sparring; entre tanto, los participantes callados se miran unos a otros y se miden en silencio a sí mismos pensando si arriesgan o esperan, hasta que alguno se decide y levanta la mano… ¡Atención!: la persona que decide hablar de lo suyo merece la mayor consideración y respeto por exponerse y, además, es la primera ganadora, es la que más crece, porque someter su tema, someter su producción y someterse a sí misma al escrutinio implacable -cordial, respetuoso, alegre, pero despiadado-, fortalece el carácter y hace crecer la persona hasta dimensiones inéditas. Una vez aparece el voluntario, comenzamos pausadamente -en medio de preguntas y aportes- a trabajar con su tema y su conocimiento como materia prima, cada uno opina, aparecen otras propuestas, más ideas, alternativas, divergencias, locuras… en cada ocasión, de acuerdo con el tema correspondiente al nivel de desarrollo del taller -la formulación del problema, los objetivos, los antecedentes, la metodología, los recursos… etcétera- (para cada tema hay en el sitio Web una guía sencilla). Los participantes avanzan en su proyecto en la medida que el taller recorre la temática y, al finalizar el semestre, cada uno tiene en sus manos el documento.
Última Sesión: cada participante presenta y sustenta públicamente, ante compañeros de taller, invitados, profesores y su director, el proyecto que es la guía para su trabajo de grado, atiende preguntas, responde, aplausos y... fin del taller. Luego, la ejecución se extiende por un año y culmina con el grado.